Los dibujos del lenguaje

Salvador Perez ツ
7 min readMay 7, 2022

--

Me gusta mirar al lenguaje con valentía, levantar las cortinas y ver todo lo que se esconde tras ellas. El caso es que en muchas ocasiones el dibujo que encontramos entre bambalinas es diferente según quien mira. En su base no es interpretable pero en la vida sí es interpretado.

Utilizar un idioma u otro en función del contexto geográfico es habitual, no es puesto en cuestión. No ocurre lo mismo cuando traspasamos los límites físicos y entramos en los matas de los social. Expresiones que saltan a la palestra desde alguno de los medios de comunicación que, día a día, se afanan en construir escenarios interesados, donde los significados vienen marcados no por la etimología y la historia de las palabras, sino por todo aquello que el propio contexto construye.

Una mirada a los escritos de mi buen amigo Raúl Contreras me lleva al Hospital de Palabras donde se habla de palabras enfermas como economía, mercado o precio y de lo necesario de su recuperación como portadoras de conceptos sociales y solidarios.

Nuevas palabras no reconocidas todavía por la RAE y cuyos significados provocan, transforman y construyen futuro. Desde las DeFi (finanzas descentralizadas) que ponen a disposición de cualquier persona los servicios financieros que hasta ahora estaban en manos de muy pocas personas, hasta la REFi (regeneración financiera) un ecosistema de protocolos y propuestas en el espacio blockchain que se desarrollan en la intersección entre el cambio climático y el mundo crypto, escalando la acción climática con la web3.

Sin ir tan lejos, términos más cercanos como lo común o lo privado, lo humilde y lo presuntuoso que nos dibujan el mundo que vivimos.

Lo privado, oculto y reservado al beneficio personal al tiempo que dogmáticamente protegido por lo razonable, por los razonables. Lo privado en lo que se unen el esfuerzo de todas, o de muchas, en su defensa como base de la vida que conocemos, del paradigma en el que vivimos. Que absorbe lo global y lo concentra en un punto que es posible controlar, siempre bajo la prohibición y la coerción, lejos de la comprensión y la compasión.

Lo común, lo compartido desde el todo, lo que nos pertenece a todas. Ese mismo concepto de propiedad compartida hace que a veces nos perdamos en la cómoda confusión de asimilar la no responsabilidad individual sobre ello. La conocida Tragedia de los Comunes tan conocida, asumida y sin embargo sostenida por nada, más que por creencias y percepciones traídas desde el otro lado, desde el lado de lo razonable, colonizado desde hace tanto por los defensores de lo privado.

Es verdaderamente curioso como ambos términos comparten una acepción y quizá frente a las dicotomías que nosotras mismas inventamos entre lo común y lo privado, deberíamos mirar las cosas desde ese punto y evacuar, dejar ir las diferencias que polarizan y hacer sitio para semillas de futuro que unan.

Desde es hueco que queda en nuestras entrañas al unir lo privado y lo común nacen espacios limpios donde plantar nuevas semillas que pretenden transformar, mostrar que es posible.

Como buen amante de lo común, de lo de todos y todas, creyente en la existencia de espacios de lo no mío en una sociedad donde es tabú enfrentarse a la propiedad privada, me dispongo a cambiar desde la palabra y desde los hechos este paradigma ilógico e injusto que está llevando a la humanidad a una división cada vez más amplia y polarizada. Considero que no vale la pena enfrentarse a lo privado por la condena general y el relato de fracaso que a buen seguro se utilizará para describir las propuestas. Pero si es provocador utilizar esa propia propiedad privada para, bajo ese paraguas, crear un amplio territorio gestionado bajo los principios de los bienes comunes (o comunales).

El proceso pasa por la construcción de una comunidad abierta de personas y entidades conscientes de la incoherencia que supone la aplicación del concepto de la propiedad privada en elementos básicos para la subsistencia de la humanidad. Me refiero a las tierras productivas, o susceptibles de serlo, de alimentación. Existe una gran cantidad de tierras que bien por su abandono a por los usos agrícolas industriales de las mismas están en un grado de degradación preocupante.

Una comunidad de personas y entidades que disponen de recursos económicos para el ocio y que están dispuestas a utilizar parte de esos recursos para transformar el modo en que tratamos el suelo, el modo en que vivimos nuestra relación con la naturaleza. Personas y entidades que pueden también disponer de tiempo e impulso para dinamizar el crecimiento de la comunidad y así incrementar la capacidad de consolidación de recursos económicos de la misma.

Con estos recursos, y utilizando una forma jurídica donde todas las participantes de la comunidad sean propietarias (utilizando el principio de propiedad privada que queremos cuestionar) comenzaremos un proceso de acopio de tierras productivas creando poco a poco una extensión de terrenos productivos cada vez mayor.

Aquí es donde aparece la magia de la intersección de lo privado y lo público, el desarrollo de nuevos paradigmas de pensamiento que sustenten estructuras y comportamientos sociales diferentes a los habituales y asumidos. La cesión del usufructo a colectivos alineados con esta idea transformadora en base a compromisos del desarrollo de la misma posibilita el nacimiento de otra comunidad, que a buen seguro contendrá una intersección con la ya creada para el acopio de suelos, que defina modelos de vida y de actividades productivas que tengan en cuenta aspectos olvidados en el paradigma actual y que giran, por poner un ejemplo, en torno a la regeneración del suelo.

Regenerar el suelo para construir un modelo de alimentación sanos, resiliente y respetuoso con el medio ambiente, con la vida, con el planeta. Una regeneración que pasa, inicialmente, por aportar materia orgánica al suelo para parar el horrible proceso de desertificación que estamos padeciendo a nivel global. Esto va a producir diferentes beneficios en torno a los cuales y siempre desde la visualización de ese futuro emergente que todavía no conocemos, vamos a construir e impulsar modelos de negocio que garanticen la sostenibilidad de este nuevo sistema ecosocial que construimos.

Uno de estos beneficios es la captación de CO2 de la atmósfera y su secuestro en el suelo. Según National Geographic las iniciativas de restauración del suelo en ecosistemas ya degradados podría contribuir a la absorción y almacenaje de hasta 3.000 millones de toneladas de carbono cada año. Esto va a tener un efecto importante en la lucha contra el cambio climático y es una parámetro medible y valorizable.

El incremento en la capacidad de captación de agua de lluvia y su retención en los acuíferos tan necesarios para la vida humana. Las aguas subterráneas son un recurso fundamental para la agricultura de regadío, la ganadería y otras actividades agrícolas, incluida la transformación de alimentos

Un aumento en la presencia de nutrientes en el suelo, que van a ser absorbidos por los alimentos que allí crecen y llegan a formar parte de nosotras, que no somos más que una acumulación de aquello que comemos.Solo como una muestra de la importancia de este parámetro, está más que documentada científicamente la influencia en la salud mental de los seres humanos de una correcta nutrición. Entendemos por una nutrición correcta aquella en la que ingerimos alimentos ricos en diferentes nutrientes que vayan más allá de NPK (Nitrógeno, Fósforo y Potasio) que se utiliza para fertilizar químicamente las cosechas en la versión industrial de la agricultura. Imprescindible leer a Mariano Bueno para tomar una conciencia real de aquello que conlleva una buena nutrición en nuestra vida.

Como cuarto elemento, la regeneración de los suelos va a impulsar el incremento de la Biodiversidad, restableciendo los equilibrios equisistemámicos que, poco a poco, la agricultura industrial ha hizo destrozando, año tras año, con el uso de plaguicidas para enfrentarse a las plagas que, en gran medida, surgen por el desequilibrio causado por ella misma.

Todo un elenco de oportunidades de construcción de propuestas de negocio, de vida, que van a producir valor tanto en el ámbito económico como en el social y ambiental.Nuestro trabajo es medir este valor, valorizarlo y, llegado el caso, monetizarlo. Este último paso nos mantiene todavía en la estructura actual del sistema que nos ha traído a esta situación y un paso posterior consistirá en cambiar esto ¿ Cómo? Ideas hay muchas y las iremos desgranando en próximas publicaciones.

Dos palabras más para cerrar esta reflexión: humildad y valentía, capacidades imprescindibles para construir toda esta propuesta. Humildad para asumir en nuestro propio ser que no conocemos el camino, que nos enfrentamos a algo desconocido que no debe basarse en lo vivido hasta ahora sino en un escenario que todavía está por construir en el que vamos a encontrar oposición y resistencia (el poder del statu quo es mayor de lo que muchas creen) frente a la cual vamos a mostrar valentía.

Valentía para seguir, para dar el próximo paso, el primero ya lo hemos dado.

--

--

Salvador Perez ツ
Salvador Perez ツ

Written by Salvador Perez ツ

President of Mans al Terra Foundation. PhD in Social Economy. Founder of Fondoregenerador.org. Questioning the current land ownership model.

No responses yet